MIRADA INTERACTIVA A.C.
miradainteractiva - TRABAJOS REALIZADOS

Tulyehualco más que un pueblo
 

NOTA DEL EDITOR: AQUI ENCONTRARAS EL INICIO DE LOS CAPITULOS QUE INTEGRAN EL LIBRO.

Autores: Carlos Bravo Vázquez y Melchor Molotla Molotla
 
Proyecto aprobado por el Programa de Apoyo a Pueblos Originarios (PAPO)
Secretaria de Desarrollo Social
Gobierno del Distrito Federal
 
COLABORADORES:
Víctor Manuel Vera Cortés.
José Antonio Cabello Nieto.
Teresa Gaspar Labariega.
 
Primera Edición, 2007
Registro ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor.
Registro Número
 
Editado por Mirada Interactiva AC
2cda de Melchor Ocampo 11.
Tulyehualco, Xochimilco cp 16700
Teléfonos: 04455 18152973
 
Esta publicación fue posible gracias al apoyo del Programa de Apoyo de Pueblos Originarios de la Dirección General de Equidad y Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal.
 
Tulyehualco más que un pueblo se terminó de imprimir el mes de abril de 2007, en la Ciudad de México con un tiraje de 1,000 ejemplares más sobrantes para reposición.
 
Comité de Administración PAPO
Julio César Parra
Teresa Gaspar Labariega
Héctor Saul Bravo Rosete
 
Consejo de Vigilancia PAPO
Evelia Chávez
Melchor Molotla Molotla 


CAPITULO I
TULYEHUALCO: LOS ORIGENES
El entorno inmediato
Cuando el pueblo de Tulyehualco todavía no habitaba la región en la que decidió establecerse solo había agua, rocas y una amplia variedad de flora y fauna. El agua se extendía desde el pie del volcán Tehutli, hasta donde la vista alcanzaba a mirar hacia el norte, poniente y oriente. Agua que en momentos se ocultaba por la espesa vegetación de tule, carrizos, zacaltule, chilacastle o chichicaste; así como, lirio acuático y la ninfa; entre las que habitaba una amplia variedad de fauna silvestre: acociles, ranas, carpas, charales, entre otros. Por encima de este lago se podía apreciar, además de las nubes, los volcanes y montañas que rodeaban al valle, el lento volar de gran cantidad de aves acuáticas: patos, chichicuilotes, garzas, gallinas de agua.
Al sur el volcán Tehutli, con sus arbustos y árboles, entre los que destacaban el capulín, tejocote, tepozán, encino y el pirú; entre los primeros, el palo loco, cihuapatle, árnica, girasol y los acahuales. Así como, una múltiple variedad de animales silvestres como el conejo, ardilla, gato montés, puma, venado, tejón; además, de la víbora de cascabel, cuije, cincuate   y camaleón, entre otros.
Las anteriores características del espacio geográfico fue lo que dio nombre al pueblo y al sitio en el que este se estableció. “En el cerco de los tules”, es la traducción del náhuatl al español, del significado de Tulyehualco. Tuliagualco, aparece en algunos mapas antiguos; Tullahualco, en otros.
Dos elementos fueron fundamentales para darle las características a la región en la que se ubica Tulyehualco; uno, la existencia de los lagos Chalco y Xochimilco, que justo al pie del Teuhtli, a partir precisamente del origen de Tulyehualco la mano del hombre separó de manera artificial, mediante la construcción de un dique o albarradón, a fines del siglo XV, para controlar el paso del agua del lago Chalco hacia el de Xochimilco y con ello evitar las inundaciones a las tierras de cultivo y a la ciudad de Tenochtitlan. Dos, además de la presencia del volcán Teuhtli, a cuyo pie y orilla se ubicaban los lagos Chalco y Xochimilco, se establecieron los poblados de San Luís Tlaxialtemalco, San Gregorio Atlapulco, San Juan Ixtayopan y Santiago Tulyehualco.
La importancia de este volcán (Teuhtli), para los pueblos que se asentaron en la región, la proporciona su mismo nombre y el carácter de éste: “donde mora el señor”, o simplemente “el señor”. Que si nos restringimos al carácter reverencial de la lengua náhuatl, podemos inferir que se trata, no de cualquier Dios o señor; sino de Dios mismo. No de un Dios en particular. Sino Dios en general. Que lo mismo podía ser uno que otro, en el mundo de la religión politeísta de los pueblos de filiación nahua, como lo fueron los que habitaron el valle de México. Además, de acuerdo con su sistema de creencias religiosas, desde la punta de los cerros eminentes, como lo era el Teuhtli, se podía establecer comunicación directa con los dioses que habitaban en el cielo. De ahí entonces la importancia del Teuhtli.
Así, en términos técnicos Tulyehualco se encuentra ubicado a los 19 grados, con 19 minutos de latitud norte y 99 grados con cero minutos de longitud oeste, a una altura de 2 240 metros sobre el nivel del mar. Es el último pueblo perteneciente a la actual delegación de Xochimilco, de poniente a oriente; se ubica justo en la colindancia de lo que hoy son las delegaciones Tláhuac, al norte y oriente; y Milpa Alta, al sur y el municipio de Chalco al oriente. La altitud del Teuhtli es de 2 710 metros sobre el nivel del mar, es decir, desde el centro del pueblo de Tulyehualco, a la parte mas alta del volcán hay aproximadamente 500 metros de altura. La temporada de lluvias inicia en mayo y termina en septiembre. Siendo los de julio y agosto los de mayor precipitación pluvial[1].   
Tulyehualco, se asentó en el área que se conoce como de transición entre la zona montañosa, el volcán Teuhtli y el lago de Xochimilco. Que es una franja de aproximadamente doscientos metros de ancho, por entre mil 800 metros de largo. En el lado oriente con una ligera disulación hacia el sur. Es decir, que hablamos de una especie de península, a cuyo sur se encontraba el lago.


[1] Xochimilco Distrito Federal, Cuaderno Estadístico Delegacional 1993, INEGI, México, pp 3 y ss

CAPITULO II
 La Conquista y la Nueva España
 
Significaron profundos cambios para todos los pueblos que habitaban Mesoamérica, antes de la llegada de los españoles, en prácticamente todos los órdenes de sus vidas. No solo en el que se refiere a su sistema de creencias religiosas, a su cultura y a la dominación de que fueron objeto. Prácticamente no hubo un aspecto de sus vidas que no se viera impactado, que no sufriera modificación.
Los conquistadores, sus creencias y objetivos
Para comprender mejor estos cambios, primero hay que mencionar algunas de las características culturales, de las aspiraciones que motivaron a arriesgarse en la aventura de la conquista de las personas que la llevaron a cabo: los conquistadores. 
Los hombres que encabezaron la conquista y posterior dominación de los pueblos que habitaban lo que se denominó como Mesoamérica, provenían de tierras lejanas, acerca de los y las cuales, los habitantes de esta parte del mundo no tenían la más mínima idea de su existencia.
Provenían de una región que en Europa se conocía como la península ibérica. Poseían una cultura no solo distinta, a la que tenían los pueblos mesoamericanos; sino en algunos casos diametralmente opuesta. Sobre todo en aquello que les daba fundamento y sustento ideológico: sus creencias religiosas. Además de que habían desarrollado formas de organización política, social y cultural más complejas, y poseían el dominio de conocimientos y técnicas en áreas desconocidos por los pueblos mesoamericanos, como el que les permitió el uso de los metales, la pólvora, con esta de las armas de fuego, entre otros.
No solo de trataba de un pueblo con diferente conocimiento y control respecto de su entorno inmediato y mediato, y visión de estos. Se trataba de un pueblo que recién había superado una situación de conquista y dominio en la que se mantuvo durante más de ocho siglos. Durante los cuales convivió con otros pueblos y culturas, de forma hasta cierto punto pacífica; la tolerancia hacia creencias religiosas distintas y diferentes a las que tenían los habitantes de los distintos reinos que darían lugar a la nación española, era algo realmente existente. Pues coexistían en el mismo territorio: católicos, judíos y musulmanes. Intercambiando costumbres y elementos culturales. En términos reales dando lugar a un mestizaje cultural. Que en mucho se traslado a estas tierras. La danza de moros y matachines y la de los chinelos que tanto vemos por estos rumbos, son ejemplos de ese mestizaje cultural, producto de la convivencia entre moros y españoles, traído por estos a América. 
Sin embargo para superar la situación de dominados en la que se encontraba a principios del siglo XV, sobre todo en lo que respecta a que parte de su territorio se encontraba conquistado y controlado por los musulmanes, a los que genéricamente se les denominaba moros, los españoles tuvieron que dejar a un lado la tolerancia hacia las otras formas de creencias religiosas.
Para lo cual el pueblo de España llevo a cabo diversos procesos, de manera casi paralela. La unificación de los reinos en un estado nacional; que comprendió la conformación de una lengua de carácter nacional, en este caso la castellana. Que era la propia de quienes propiciaron la unificación nacional; la identificación de una religión, como la propia de todo el pueblo de España: la católica. Y que permitió al pueblo español diferenciarse de los otros. No solo en términos culturales, sino sobre todo políticos. Y que lo llevó a identificar a los otros: moros y judíos, como sus enemigos, en todos los terrenos. A quienes, en consecuencia, era necesario vencer y expulsar de territorio español, como un requisito indispensable para la unificación de los reinos en un torno a un gobierno de carácter nacional. Y de que efectivamente España, su territorio y población, fueran exclusivamente católicos. Unificados en un torno a un estado nacional en proceso de construcción, con una lengua y una religión oficiales.
Este proceso prácticamente duro todo el siglo XV. La expulsión de los judíos de España se ordenó mediante decreto, en 1492. El mismo año en el que fue reconquistado, por parte del naciente estado nacional de España, el último reino que aún permanecía en poder de los moros: Granada. Justo el mismo año en que se dio lo que se conoce como el descubrimiento de América. Entonces este año no solo fue importante para España, ni para Europa, Asia y África. Fue trascendente para todo el mundo. Significó el inicio del momento a partir del cual entro en contacto la población de los continentes que lo conforman. Se puede decir que fue el año a partir del cual el mundo realmente inició su conversión en mundo. 
A partir de estos acontecimientos se asume, por parte del naciente estado español y del pueblo de España, que estos tenían un papel fundamental para la ampliación de los dominios del dios que para ellos era considerado como el único y verdadero: Cristo. Tal y como se había hecho en su propio caso, al expulsar de su territorio a moros y judíos. Con ello imponer a una religión, la católica, en el territorio del reino de España. A la que se le otorgó el carácter de religión oficial. Estado y pueblo español asumen que su papel en el mundo es precisamente ampliar, allende las fronteras de España, en los territorios recién descubiertos, los dominios del único y dios verdadero. En un momento en el cual el gobierno de España era uno de los mas poderosos de Europa. Y que lo llevaría a convertirse en el más poderoso del mundo, por varios siglos.
Esta visión fue la que trajeron los españoles cuando llegaron a Mesoamérica. La tolerancia que había caracterizado a los habitantes de los reinos de España todavía a fines del siglo XIV, se trastocó en intolerancia. El otro, en este caso quien no tenía las mismas creencias religiosas, ya no fue visto como alguien diferente; sino como el enemigo a vencer, incluso eliminándolo.  
El sistema de creencias de la religión católica, que en ese momento tenían los españoles, no solo implico la ubicación de las otras formas de religión como enemigas de esta. También significó otros aspectos; que entraban en completa contradicción, con las creencias que en el terreno religioso tenían los habitantes de mesoamérica. Uno de ellos se refiere a su carácter monoteista, aún cuando tenga diversas formas de representación. Es decir se trata un solo dios, capaz de haber creado todo lo que existe en la tierra y de alguna manera de controlarlo. 
Mientras que el complejo sistema de creencias religiosas que poseían los pueblos mesoamericanos era de carácter politeísta. Es decir tenían muchos dioses; uno para cada fenómeno de la naturaleza, para cada relación de estos con las prácticas cotidianas. Con quienes se relacionaban a partir de la realización de ceremonias y ofrendas que se llevaban a cabo de forma periódica y cíclica; en las que participaba la mayoría de la población y que comprendía diversas manifestaciones: danza, teatro, música, procesiones, comida especial, etcétera.
Otra característica de los conquistadores, a decir de Don Luis González y González, es que se trató de personas que provenían de una nobleza que carecía de bienes materiales; que solo poseía árboles genealógicos y vastas ambiciones; que compartía con los reyes de España el deseo de extender al mundo entero la soberanía española, con sus órdenes mendicantes, el entusiasmo para combatir al infiel y meterlo en el redil de la cristiandad[1]. Pero que también tenían el deseo de obtener las riquezas que no podían hacer en España; Menos después de que la expulsión de los judíos, en 1492, produjo una grave crisis económica en España, al llevarse con ellos sus capitales.


[1] GONZALEZ Luis; El Entuerto de la conquista; sesenta testimonios, México; SEP/CULTURA; Cien de México, 1984, pp 12 .
 
CAPITULO III
La independencia y el Porfiriato
El siglo XIX y la independencia de México
 
En el último tercio del siglo XVIII la Nueva España, como consecuencia de las reformas borbónicas que impuso la corona española en todas sus colonias, sufrió cambios en su estructura político administrativa, al crearse el régimen de intendencias que llevó a la división de su territorio en doce provincias; cada una de ellas gobernada por un intendente que tuvo a su cargo varias subdelegaciones. Y al establecerse medidas que tuvieron como objetivo fortalecer el poder del estado, a costa del poder que la iglesia ejercía.
En el centro se conformo la intendencia de México, gobernada por un superintendente y dividida en varias subdelegaciones, formadas con las antiguas alcaldías y corregimientos. A Xochimilco le tocó ser una de ellas. La alcaldía mayor de Xochimilco estaba conformada por los pueblos que comprenden a las hoy delegaciones de Xochimilco y Milpa Alta. Como parte de estos cambios se estableció que el gobernante de las alcaldías mayores de los pueblos indios, debía ser un español peninsular, presuntamente con el objetivo de evitar la corrupción y elevar la captación de recursos vía impuestos y tributos. Lo que provocó el desplazamiento de los criollos, quienes presuntamente poco se esforzaban por aumentar los ingresos reales.
Situación que aunada a otras medidas provoco entre estos la renovación del sentimiento antiespañol, que se había conformado desde las primeras décadas inmediatamente posteriores a la conquista.   Por otro lado el hecho de que la corona española desplazara a la iglesia como institución crediticia, de todos los territorios que gobernaba, sin crear una institución bancaria que la reemplazara en el otorgamiento de créditos a las inversiones productivas, provocó una crisis económica en la Nueva España; caracterizada por la disminución de la producción y el elevamiento en el precio de los productos. Lo que a su vez genero, para los primeros años del siglo XIX, además del incremento en el precio de los productos alimenticios, la sensación de un ambiente enrarecido, propicio para la inestabilidad y la agitación política. 
Como si esto fuera poco a la corona se le ocurrió incrementar impuestos y tributos a la población del reino, como una forma de obtener los recursos que requería para hacer frente a los crecientes gastos que le generaba la guerra con la Gran Bretaña.
Para la población del Valle de México la situación se complicó aún más debido a la presencia de varios fenómenos, no necesariamente originados en las relaciones políticas y sociales: una epidemia de fiebre azotó a su población durante varios años, mermándola; además de fuertes inundaciones que provocaron graves pérdidas de cosechas, en consecuencia de alimentos y de elevación en los precios de los mismos.
Para colmo de males Francia, gobernada en ese momento por Napoleón Bonaparte, convenció al rey de España, que le permitiera cruzar por su territorio tropas francesas, presuntamente para atacar con mayor facilidad a Gran Bretaña, con quien estaba en guerra. Sin embargo una vez que las tropas francesas se encontraban en territorio español, Napoleón Bonaparte decidió conquistar España, sin ninguna batalla. Obligó al Rey Carlos IV a renunciar al trono; quien lo hizo a favor de su hijo, Fernando VII. Creyendo que con esto engañaba a Bonaparte. Sin embargo Fernando VII también fue obligado a renunciar a la corona, pero en este caso a favor del hermano de Napoleón, José Bonaparte, o pepe botella, como le decían por su afición a esta. 

CAPITULO IV
La Revolución mexicana y el periodo post-revolucionario
 
Hacia los primeros años del siglo XX las características del espacio geográfico en el cual se asentaron los pueblos ribereños de la región sureste del Distrito Federal como Tulyehualco, ya habían sido transformadas de manera radical. El lago Chalco estaba en proceso de desecación; en su lugar se construía un sistema de canales por medio de los cuales se enviarían sus aguas a los lagos Xochimilco y Texcoco, para ampliar las tierras de cultivo de la hacienda de Xico. Mientras que las aguas que alimentaban al lago Xochimilco estaban siendo entubadas, para ser enviadas a la ciudad de México. En consecuencia Tulyehualco dejó de encontrarse a la orilla de dos lagos; de estar rodeado por los tules que crecían en estos. Ahora su parte norte estaba limitada por una amplia zona chinampera y el río Amecameca.
Si bien la desecación del lago Chalco permitió a Iñigo Noriega incrementar las tierras de cultivo y pastoreo de sus enormes haciendas; a los habitantes de los pueblos de la región se les arrebato la posibilidad de recurrir al espacio del cual, tradicional e históricamente, obtenían grandes volúmenes de productos alimenticios para la satisfacción de sus necesidades e incluso para su venta. Además de que se les privo de la posibilidad de ofrecer el servicio de transporte, en canoas y pangas, como remeros; de pastorear el ganado en sus bordes y ciénegas; de obtener pastura y plantas acuáticas para la elaboración de productos artesanales, como petates, chiquihuites y canastas.
Aún cuando en un primer momento los más afectados fueron quienes dependían directamente de los recursos que les brindaban los lagos para obtener lo necesario para sobrevivir, o incrementar sus ingresos, por medio de la pesca, la recolección, la caza y el transporte; a largo plazo todos los habitantes de los pueblos de la región resultaron afectados. Por lo que las obras de desagüe del lago Chalco y las correspondientes al entubamiento de las aguas que alimentaban al lago Xochimilco, fueron percibidas como una agresión a su territorio, a sus modos tradicionales de vida; a las formas a partir de las cuales se relacionaban con los recursos que les brindaba el medio ambiente. 
Algunos habitantes de los pueblos, obligados por la necesidad de mantener a sus familias y por la represión de que fueron objeto por parte de hacendados y del mismo gobierno de Porfirio Díaz, terminaron alquilándose como peones en las haciendas. Lo cual no significo que las manifestaciones de inconformidad desaparecieran. Los reclamos dirigidos al presidente Porfirio Díaz continuaron.
Las modificaciones a las características del espacio geográfico no solo estuvieron dadas por la desecación de los dos lagos; también se dieron por la desviación y extensión del río Amecameca, pasando por los pueblos de San Juan Ixtayopan y Tulyehualco, entre otros, con el objetivo de enviar, a través de él, las aguas del lago Chalco al Xochimilco. Por lo que una vez conectado con este se desvanecía en su sistema de canales.
 Pasando Tulyehualco, a menos de un kilómetro, de oriente a poniente, las aguas del río Amecameca se bifurcaban; del lado izquierdo continuaba, aproximadamente otro kilómetro; del lado derecho se conectaba con el canal Atotolco, uno de los más anchos de la zona chinampera y canalera de Tlahuac. Hasta antes de este punto, el río Amecameca tenía más de ocho metros de ancho.   Por lo que para cruzarlo, se construyeron puentes; uno justo en el punto en el cual iniciaba el albarradon que separaba al lago Chalco del Xochimilco; otro en la monera. A partir de entonces ambos puentes serían puntos de referencia obligada para la población de Tulyehualco; pero más el que se construyo donde originalmente iniciaba el albarradón. Donde también iniciaría lo que por muchos años sería la calzada México Tulyehualco.

CAPITULO V
 
Tulyehualco en la segunda mitad del siglo XX; las consecuencias de la modernidad
 
La historia de Tulyehualco, de la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI, es la más intensa por la que haya pasado el pueblo, en todos los sentidos. En tan solo poco más de 50 años, tuvo cambios como no los había tenido en los más de dos mil años que tiene de antigüedad, si tomamos en cuenta como sus antecedentes a los primeros pobladores que se asentaron en la parte oriente de lo que hoy es Tulyehualco, que datan de 400 años antes de cristo.
En los últimos sesenta años Tulyehualco dejo de ser una comunidad estrictamente rural y hasta cierto punto homogénea en términos sociales y culturales; para pasar a convertirse en una población eminentemente urbana, harto heterogénea, aun cuando sin perder ciertos rasgos rurales; con conflictos derivados de un proceso de urbanización descontrolado y anárquico, que de continuar con la misma dinámica de crecimiento poblacional, y modificación de los usos de los suelos llevará al pueblo, como comunidad y espacio geográfico, a un colapso. Pero no adelantemos.
Para una mejor comprensión de la profundidad de los cambios por los que pasó la comunidad de Tulyehualco, dividiremos este periodo en dos; el primero, de continuidades y rupturas, que va de los años cuarentas a la primera mitad de los años setentas; el segundo, de los últimos años de la década de los años setentas del siglo veinte, a los primeros años del siglo XXI, caracterizado por su acelerada inserción a la dinámica de la vida urbana, sin las ventajas de esta, si es que pudiéramos hablar de algunas de estas, para el caso específico de Tulyehualco. Y cuya ubicación geográfica de alguna manera fue determinante para configurar las formas que adopto esta inserción.
 
El primer periodo; continuidad o ruptura, lo urbano en lo rural
Durante el primer periodo comprendido entre 1940 y 1975, la comunidad de Tulyehualco, lo mismo que el espacio geográfico en el cual se asentó, tuvo continuidades y rupturas. Las primeras, en un primer momento, más perceptibles que las segundas; por lo menos hasta el fin de este primer periodo. Prácticamente todo el periodo siguió siendo una comunidad estrictamente rural, como lo había sido durante siglos; al mismo tiempo que estaba pasando por profundos cambios sociales y culturales. De forma paralela el entorno empezó a adquirir rasgos eminentemente urbanos. El espacio geográfico siguió siendo el de un poblado rural, pero los impactos de la indiscriminada extracción del agua, de manantiales superficiales y subterráneos, iniciada desde los primeros años del siglo XX y continuada prácticamente durante todo este periodo, sin que se tomaran medidas para atenuar los impactos de esta política, empezaron a manifestar, para los últimos años de este periodo, sus brutales impactos: resequedad de los suelos agrícolas en algunas partes del ejido y zona chinampera, disminución de cosechas en las tres zonas de cultivo, hundimientos diferenciales de los suelos, modificación de las expectativas de los productores agrícolas con respecto a su relación con el medio, especialmente con la tierra, con su cultura; que propicio que paulatinamente algunos propietarios empezaran a ver a la tierra como un bien del cual se podían desprender, con cierta facilidad, para venderla.  
Para el inicio de la década de los años cuarenta del siglo XX las características del espacio geográfico, en el cual se estableció Tulyehualco y demás pueblos ribereños, se habían modificado considerablemente. Los lagos Chalco y Xochimilco prácticamente habían desaparecido. De cada uno, solo quedaban algunas ciénegas y una red de canales y apancles, navegables únicamente para el caso de lo que quedaba del lago Xochimilco. Además de algunos manantiales, cuyas aguas habían escapado de ser entubadas, para ser enviadas a la Ciudad de México. 
A pesar de estos cambios la población de Tulyehualco continuaba dedicándose, mayoritariamente, a actividades relacionadas con el campo: la agricultura y la ganadería, fundamentalmente, y en menor medida la caza; las tres zonas de cultivo, el cerro, la zona chinampera y el ejido, se conservaban casi intactas.
En el primero la práctica del policultivo permitía la obtención de al menos dos cosechas al año; generalmente maíz con fríjol; además de que también se cultivaba tomate, haba, alegría, lechuga, entre otros. Sin olvidar que en los bordes de la mayoría de los terrenos se encontraban largas hileras de magueyes de los que se extraía aguamiel, para la producción de pulque. En la zona chinampera la producción también era elevada, de hasta tres cosechas al año; en ella se sembraba, además del maíz, romero, rábano, lechuga, coliflor, col, cilantro, papa, apio, betabel, entre otros; por los apancles y canales aun corría agua limpia, además de que todavía existían algunos manantiales y ciénegas.       

CAPITULO VI
Tulyehualco y el Huauhtli una relación
 
Algunos granos y semillas que cultivaron los pueblos prehispánicos que habitaron el territorio de lo que actualmente se conoce como República Mexicana, resalta el Huauhtli, de importancia comparada a la que tuvieron en el maíz y el fríjol,[1] tanto por su carácter alimenticio como por los usos rituales y religiosos que se le daban; sobre todo por estos últimos, aunque sin restar su importancia alimenticia.
Para Teresa Rojas Rábiela, sus orígenes se remontan hasta hace aproximadamente 7 mil años, cuando datos arqueológicos, se inicio su proceso de domesticación, lo cual lo hace uno de los cultivos mas antiguos de América[2].
De acuerdo con Rojas Rábiela, su cultivo en la antigüedad se encontraba en las tierras frías de las regiones de Toluca y Michoacán que en las templadas de los Valles de Morelos; es decir, entre los 750 y los 3000, metros de altura sobre el nivel del mar[3]. En cuanto a la forma de su cultivo señala que se hacia en dos etapas: la primera, durante la cual se germinaba la semilla en almácigo, en las chinampas; y la segunda, que consistía en el traslado de la planta al lugar de su siembra definitiva, mediante el transplante con todo y el cubo de tierra o chapín[4]. Esta misma técnica de siembra sigue en uso por habitantes de Tulyehualco, a pesar de las dificultades para la obtención del lodo que se requiere para la elaboración del almácigo.
La cosecha se hacia, frotando la mazorca o espiga entre si, para después separar y limpiar la semilla de las pajas, una vez que la primera había alcanzado la madurez, entre los meses de diciembre y enero del año siguiente al de su siembra[5]. De forma semejante a como, se cultivo y cosecha, se sigue realizando en Tulyehualco.
No se conoce el motivo por el cual las sociedades prehispánicas de origen náhuatl, le dieron a esta planta tanta importancia en el terreno alimenticio; así como, para su uso ritual en ceremonias religiosas, que se sabe su uso en este sentido fue amplio.
Prácticamente en todas las ceremonias que se realizaban en el transcurso del año se recurría al Huauhtli, de una u otra forma, para ofrendar a las diversas deidades. Además, su uso se extienda a diversos rituales, entre los que destacan los que se realizaban para purificar el espíritu de los pecadores; en los bautizos y en algunos sepelios.
De acuerdo con Manuel Orozco y Berra, el Huauhtli, junto con la chía, fueron las plantas místicas de carácter ceremonial, por excelencia de los pueblos mesoamericanos, pero principalmente para los de filiación náhuatl[6]


1 PALERM, Ángel, México Prehispánico; evolución ecológica del Valle de México, México, CNCA, 1990, pp 170.
2 ROJAS RABIELA Teresa, Las siembras de ayer; la agricultura del siglo XVI, México, SEPCIESAS, 1988, pp 184 y ss.
3 ROJAS RABIELA Teresa, (coord) La agricultura en tierras mexicanas, desde sus orígenes hasta nuestros días, México, CNCA/GRIJALBO, 1991, pp 28
4 ROJAS RABIELA Teresa, Las siembras de ayer....pp. 83
5 HYDEN, Doris y Ana Luisa Velasco, “El uso y la representación del amaranto en la época prehispánica, según las fuentes históricas y pictóricas”, en Memoria del primer seminario nacional del amaranto, Colegio de Posgraduados, Chapingo SARH, Chapingo, México, 1984, pp 205-225
6 OROZCO y BERRA, Manuel, Historia antigua y de la conquista de México, T. I, Porrúa, México, 1978, pp 124. Aqui cabe hacer la aclaración que los españoles denominaron, de manera despectiva, bledos al huauhtli y a otras plantas. También puede verse el Ensayo de HAYDEN, Doris y Ana Luisa Velasco op cit. 

Capitulo VII
El deporte en Tulyehualco; una forma de ser
 
Para nosotros, al igual que les parecerá a muchos lectores, este capítulo es el más injusto en cuanto a la información que podamos dar a ustedes, pues no están todos los que debieran aparecer en estas páginas. Ya que forma parte de un trabajo más amplio, no se podía uno detener en tantos detalles. En todo caso esta parte del trabajo puede ser considerada como el inicio de una historia del deporte en Tulyehualco. Y QUE ESPERAMOS SEA EL PRINCIPIO DE OTROS TRABAJOS, QUE PUEDAN RETOMAR LOS JÓVENES DE NUESTRO PUEBLO.
Como podemos apreciar es imposible reconstruir la historia del deporte, de la relación de las instalaciones deportivas con los deportistas de Tulyehualco; de éstos con la comunidad de la cual forman parte, de manera ajena a la historia del pueblo. De allí que se haya hecho el intento de reconstruirla. Lo cierto es que visto desde otra perspectiva, la práctica del deporte ha llevado a la población a la construcción de una enorme cantidad y variedad de organizaciones deportivas; que lo mismo se conforman para integrar un equipo, que para formar ligas y escuelas deportivas. En este sentido se puede decir que la comunidad es rica en organizaciones sociales, si bien con un marcado enfoque hacia el deporte; algunas más simples, otras más complejas. Pero de ninguna manera se puede decir que Tulyehualco sea desorganizado. Bastaría con hacer un trabajo más sistemático para apreciar el número de equipos de básquetbol, por rama y categoría; el correspondiente a fútbol, también por rama y categoría; así como, deportes que se practican como el ciclismo, ajedrez, artes marciales, aeróbics, entre otros, para apreciar, así sea en términos numéricos, la magnitud de la capacidad organizativa de la población.
Primeramente, cabe destacar que una de las actividades a las que se ha dedicado parte de la población, en sus momentos de ocio, ha sido el deporte. Y aún cuando pareciera verse forzada la relación entre la práctica deportiva y las características del espacio geográfico en el que se asentó el pueblo, en realidad no lo es. Hace algunos años, abundaban en la región espacios abiertos como: potreros, llanos, bordes de canales, terrenos baldíos, en los cuales se podía practicar algún juego o deporte.
Para algunos habitantes, el deporte que más se ha practicado en el pueblo es el atletismo; no sólo con el objetivo de competir, sino como deporte recreativo; independientemente, de que muchos deportistas hayan destacado en competencias nacionales e internacionales.
Algunos deportistas más que por competir, iban a correr por hacer deporte, por estar en forma. Además, en ocasiones se iba a nadar, aprovechando la existencia de manantiales, canales y apancles. Aunque, la natación se practicaba más cuando se iba por pastura para el ganado.  
Respecto, de la cultura del deporte en Tulyehualco habría que distinguir varias cosas. Primero, que la práctica del deporte, aún cuando para el caso del atletismo y del frontón existe cierta tradición, en realidad esta es nueva. Segundo, que el deporte al cual se ha dedicado la población, se ha modificado, no necesariamente como consecuencia de los cambios en el entorno, sino debido a diversas circunstancias, en la misma medida en la que la población se modificaba. Tercero, que no hay un deporte a través del cual se identifique a la comunidad. Esto, en virtud de que la población es tan heterogénea, que en realidad se practican todos los deportes que se pueden realizar, en los pocos espacios existentes para llevarlos a cabo. Es la comunidad, la que se identifica con los deportistas que destacan en algún deporte, y disfruta del triunfo con el deportista, como si fuera propio.
Dado que algunos deportistas que han destacado en diversas disciplinas, basta para que la comunidad asuma como propio el triunfo. Pero esto es lo que ocurre en todas los lugares del mundo. Es como cuando un jugador o un equipo mexicano, de cualquier deporte, destaca en una contienda internacional. El triunfo, además de para quien lo obtiene en la cancha, se asume como triunfo nacional.





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